
El pasado jueves 15 de Agosto, día en que celebramos la Asunción de María, fue desarrollado un retiro espiritual con todos los empleados de la Plaza Educativa Don Bosco.
El P. José Pastor Ramírez, a través del Programa de Formación Conjunta (PROFOCO) condujo este momento que invitaba a la reflexión, siendo el tema principal ”LA SANTIDAD SE ALCANZA CON LA HUMILDAD”.
Fue una mañana llena de oportunidades, donde cada participante tuvo la oportunidad de hacer una parada de su vida cotidiana, para verificarse así mismo y fortalecer algunas debilidades a través de varios test.
La familia salesiana ha recibido de parte del Rector Mayor este llamado ”La Santidad también es para tí´´, este es el título del Aguinaldo Salesiano que en este año nos invita a que seamos santos; a partir de este llamado de nuestro superior, se ha llevado esta propuesta a cada integrante de los distintos ambientes salesianos.
LA SANTIDAD SE ALCANZA CON LA HUMILDAD
La Santidad es una meta a la que está llamada toda persona sin importar su condición social y su vocación. Es decir, ”la santidad no es un lujo de unos pocos; es un sencillo deber que tenemos tu y yo”. Así como el niño está obligado hacerse hombre, de igual modo el cristiano está obligado a ser santo.
Nosotros pertenecemos a una familia de santos. No hay que ver la santidad como algo inalcanzable. Para ser santos solo necesitamos humildad y oración.
MODELOS DE SANTIDAD
Durante el desarrollo del retiro, se presentaron varios modelos de personajes de la historia que por sus hechos han alcanzado el grado de santidad, verificando la vivencia de cada uno, se ha observado que todos fueron personas humildes, siendo el gran ejemplo de humildad, nuestro Señor Jesucristo.
San Juan Bosco, desde muy pequeño fue humilde, provenía de una familia humilde, durante el famoso sueño de los 9 años, la Virgen María que se le apareció, le dijo ”Hazte Humilde, Fuerte y Robusto”.
Sigamos cultivando este sentido de Santidad, siendo auténticos cristianos, buenos ciudadanos, que la humildad sea un sello de nuestro diario vivir.
Para ser santo hay que ser feliz, para ser santo hay que ser sencillo, no hay santidad sin sencillez, para ser santo hay que trabajar, hay que jugar, para ser santo hay que OBEDECER, no hay santidad sin obediencia, para ser santo hay que orar, no hay santidad sin ORACIÓN.