Por: P. Federico Rodíguez S.D.B.
RIQUEZA DE LA ORACIÓN DEL ROSARIO
El mensaje de la Palabra de Dios de este primer domingo de octubre nos invitaba a gritar como los apóstoles: ¡Señor, auméntanos la fe! Sin la fe no tiene sentido la vida, no hay salvación. “El justo vive por la fe”
La fe no se fundamenta el bonitos sentimientos, ni en ideas agradables… La fe se basa en acontecimientos que nos llevan a una experiencia en el seguimiento de Jesús. Entre los medios que están a nuestro alcance en orden a la fe está la Oración del Rosario. Esta Oración del Rosario nos lleva a centrarnos en los acontecimientos que fundamentan nuestra fe en un Jesucristo muerto y resucitado. La Pascua de Jesús la podemos descubrir en las consideraciones que se realizan de la vida de Jesús en los Misterios del Rosario.
A través de los Misterios del Rosario hacemos presente a la Virgen María en los principales acontecimientos de la vida de su Hijo Jesús.
Consideramos cuatro bloques de acontecimientos en la Oración del Rosario:
Misterios gozosos: La realización del Proyecto del designio de Dios. “Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo para que todo el que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna. (Jn 3,16). María da su sí ante el anuncio de que ha sido escogida para ser la Madre del Hijo de Dios y lleva esa Buena Noticia a su prima Isabel, llega el momento cumbre de la historia y Jesús nace en Belén; se realiza la presentación de Jesús en el Templo y se considera el episodio de que a los 12 años se queda en el Templo
Misterios dolorosos: Jesús cumple lo que había predicho en varias ocasiones: “Mirad que subimos a Jerusalén y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle y al tercer día resucitará” (Mt. 20, 18-19). Jesús después de ser azotado es coronado de espinas, sube el calvario y muere en la Cruz.
Misterios gloriosos: El designio de Dios no acaba en la muerte, en la destrucción sino en todo lo contrario, en vida en plenitud con la Resurrección como Él mismo había predicho. Junto al acontecimiento más importante de la historia que es la resurrección de Jesús, consideramos la Ascensión de Jesús al Cielo, la Venida del Espíritu Santo, y la participación de la Virgen María en la Resurrección con su Asunción y su coronación.
Misterios Luminosos: San Juan Pablo II amplió el Rosario que la consideración de otros momentos de la vida de Jesús: El Bautismo de Jesús en el Jordán, las Bodas de Caná en las que interviene directamente la Virgen María que nos alegra con el vino nuevo de su Hijo, el llamado a conversión que todos necesitamos continuamente para poder agradar a Dios en todo momento. El Apóstol Pedro nos invita a sentir la alegría de contemplar a Jesús transfigurado en el monte Tabor y por último se nos presenta la Institución de la Eucaristía que es el alimento imprescindible para poder mantener nuestra vida de fe.
Podemos percibir por estas sencillas consideraciones que la Oración del Rosario posee una gran riqueza de la que no podemos prescindir.
Concluyo recordando la frase famosa del P. Peyton: Familia que reza unida permanece unida. En la tradición de muchas familias se ha mantenido la fe gracias a esta Oración del Rosario. No dejemos de aprovecharla.